SALIDA 3 DE OCTUBRE DE 2021.
La Sección de Aguas Abiertas del Club Tierra Trágame, queríamos saber qué se siente nadando al anochecer, tener la experiencia del oscuro que te rodea, del silencio inquietante. Cuando humanos y animales se refugian en sus guaridas para pasar la noche, cuando los peces dejan de saltar celebrando el atardecer, cuando todo se calma, nosotros nos adentramos adonde no nos corresponde, nos vamos al agua.
Y nos encantó.
Introducimos luces de frontales o similares potentes, en el interior de la boya, de tal forma que parecíamos arrastrar luciérnagas. Todos juntos, o muy cerca con la ayuda de la piragua de apoyo en la que también viajaba Abril, nuestra capitana de cuatro años, demostrando dotes de aventurera, alcanzamos la orilla de enfrente. No sentimos frío. Es demasiado asombroso lo que estamos haciendo, demasiadas sensaciones a guardar en nuestras memorias como para percatarnos de lo habitual. La vuelta fue igual de deliciosa que la ida.
Y para deliciosa la cena que disfrutamos en la mismísima orilla, tras preparar el campamento adonde pasaríamos la noche. Unos dentro de las furgonetas, otros al raso y al viento que nos acompañó hasta el amanecer.
Al empezar a clarear, algunos quisieron dar la bienvenida al sol, de la manera más bella. Fuimos nadando en su busca, por la estela naranja que comenzaba a adivinarse. La sensación era de alegría, paz y sobrecogimiento totales, detenidos mientras el sol completó su círculo fuera del horizonte del agua. Apenas llegados de vuelta a la orilla comenzó a llover, cosa que igualmente nos encanta.
Nos volvimos a casa con una colección de momentos inolvidables .Hay que atreverse. El mundo y toda la belleza están ahí para nosotros, todos los días, y gratis.
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