El domingo 8 de octubre los juveniles del Tierra trágame se atrevieron con una jornada calurosa que combinó juegos, ejercicios, carrera y algún que otro reto que les hizo dar lo mejor de cada uno para que el grupo consiguiera el éxito.
Saludo en el parking del Boalo y sin más dilaciones calentamiento hasta la llegada a la ermita de San Isidro, que se convirtió en testigo de excepción de una serie de ejercicios y juegos que sirvieron, entre risas y bromas, de preparación para afrontar el gran reto de la jornada.
La prueba a superar consistía en realizar la ruta de las cabrillas, y alcanzar la cima en menos de una hora. Para ello, los integrantes de la aventura deberían de relevarse en la tarea de guiar, sin cometer errores ni pedir ayuda para no ser penalizados.
Sobre la alarma que avisaba del final del tiempo del reto, los esforzados jóvenes alcanzaban la cima, consiguiendo uno de los premios más deseados tras el esfuerzo.
Avituallamiento a la sombra y dispuestos para afrontar la bajada. A ratos a la sombra de los pinos, a ratos adivinando senderos que permitieran llegar lo antes posible al final de la ruta, aunque con alguna que otra parada para refrescarse.
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