Con el Sol aún sin aparecer, cinco Tierras escoltados por Trufa, se reunieron el pasado Sábado en Cercedilla para disfrutar del último entrenamiento del equipo de competición de este interminable 2020.

Previsiones meteorológicas adversas unidas a la nevada del día anterior siembran la duda entre los madrugadores corredores.


El frio seco hace que haya ganas de entrar en calor rápidamente mientras ascienden por el Camino de los Campamentos. Los primeros rayos de Sol asomando por el horizonte coinciden con los primeros tramos nevados que dibujan una sonrisa en los Tierras. El espesor de la nieve gana a la par que los corredores desnivel.
Afortunadamente, unas condiciones meteorológicas favorables, animan a los Tierras a ascender hasta el Collado de Cerromalejo y así afrontar después el cordel que les llevará hasta la Peña del Águila a más de 2.000 metros.
Al coronar el viento arrecia fuertemente lo que hace que se lancen en un descenso disfrutón al máximo entre bueno espesores de nieve que hacen las delicias de estos valientes. Tras el breve descenso toca correr por la pista con un espesor importante hasta llegar al Puerto de la Fuenfría para seguir por el Camino Smichd.

Rápidamente, se desvían para tratar de alcanzar Collado Ventoso y desde allí disfrutar de una larga bajada nevada, pasando por Las Dehesas antes de llegar de nuevo a Cercedilla.
Poco más de 22 kms con 1.200 metros positivos corriendo por una Sierra de Guadarrama nevada, que ha permitido a los Tierras disfrutar corriendo por la nieve como niños el día de Navidad.
Como un niño pequeño llegué al encuentro nervioso. Este año loco no me había dejado compartir esta nueva experiencia y dudaba si iba a estar a la altura de mis nuevos conpañeros de viaje. Según pasaban los kilómetros me sentía más del grupo. La llegada a Cercedilla no me supuso un reto porque en el camino disfruté lo indescriptible. Ahora, ya por fin, me siento un Tierra.