El sábado arrancaba la temporada de la sección de carreras de montaña. En este caso, nos alejábamos de nuestras habituales zonas de recreo y nos íbamos hasta la Sierra Norte de Guadalajara, en concreto hasta el pueblo de Valverde de los Arroyos para afrontar la subida al Pico Ocejón, el segundo más alto aunque quizá el más emblemático de Castilla la Mancha.
La distancia desde Madrid y el pesimismo de alguno/a acerca de la climatología no arredró finalmente a la docena de deportistas que nos dimos cita en la localidad alcarreña. Allí nos dividimos en dos grupos: Carmen, Charo, Laura Martínez y Olga, encabezadas por Laura Molina, la sherpa local, decidían realizar la ruta “corta”, casi directa al pico Ocejón y los “sospechosos habituales” (Abel, Dani, David, Fernando Calo, Javi Mazarias, Sekade y el que suscribe + Trufa) se atrevían con una circular que, partiendo también de Valverde, recorría Piquerinas, pico Campo, el Picozo, Campachuelo para finalmente ascender al Ocejón y volver a Valverde.
Con la niebla tapando el imponente Ocejón, ambos grupos iniciaban sus respectivas rutas así que, mientras el segundo grupo arrancaba la subida hacia Piquerinas, el primero se lanzaba decidido hacia la cima del Ocejón, no sin antes desviarse para ver las chorreras de Despeñalagua, todo un espectáculo entre rocas que aparecen como del cielo.
Llegando a la cumbre, las nubes quedaron bajo un manto sobre el que pudimos ver unas vistas espectaculares de la sierra norte de Guadalajara.
Unas fotos en el punto geodésico y para abajo de nuevo, pues el frío viento no permitía estar mucho tiempo por allá arriba: parte del encanto de las indomables montañas.
El grupo “masculino”, por su parte, afrontaba tras un par de kilómetros una fuerte subida hacia el pico Campo que, una vez alcanzado y superadas las nubes, permitió tener una maravillosa vista de todo el entorno. Con el buen humor habitual, fueron pasando los kilómetros y avanzando hacia la subida final al Ocejón.
A medio camino, ambos grupos nos cruzábamos: las chicas ya en rápida bajada hacia Valverde y los chicos subiendo para culminar el punto más alto de la ruta. Piques y risas de rigor y cada grupo continuaba su camino. Bueno… menos Laura, que como no había tenido bastante, decidió darse la vuelta y volver a hacer cumbre por segunda vez.
Tras veinte minutos más, el segundo grupo llegaba a la cima también y tras las fotos de rigor, iniciaba un rápido y disfrutón descenso de vuelta hacia el pueblo.
Ya en Valverde de los Arroyos de nuevo, volvimos a reagruparnos para tomar unas cervezas, comer (los que no se fueron) y despedir el día como merecía.
Sólo queda agradecer a Laura, la sherpa local, la iniciativa de la salida, que resultó todo un éxito y dar la bienvenida a Olga y Abel, que se estrenaban en salida oficial con nosotros. La primera de muchas, seguro.
Esperamos veros a los demás en las próximas salidas. Recordad: en casa es donde más accidentes se producen.
P.D. No llovió
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